Continuamos preguntándonos dónde ha quedado el Espíritu Olímpico en los Juegos de Río 2016.

Tras nuestro Primer Artículo, en el que les mostrábamos presuntos casos de Corrupción y Acusaciones de Soborno en la competición de Boxeo, en esta segunda entrega les traemos más acusaciones, en este caso de presunta Explotación Laboral, y la rocambolesca historia, llena de Mentiras, del nadador Ryan Lochte y sus compañeros del equipo americano.

 

El Espíritu Olímpico en Río ha sido manchado:

Limpiadores Río 2016 ¿Espíritu Olímpico en Río 2016? Corrupción, Acusaciones de Soborno y Explotación, Mentiras...

Limpiadores ¿Espíritu Olímpico en Río 2016? Corrupción, Acusaciones de Soborno y Explotación, Mentiras...

 

Según hemos podido leer en The Guardian, las personas encargadas de la limpieza de la Villa Olímpica recibían un salario de 10 libras al día (11,62 euros).

Los limpiadores ganaban 5,91 reales (1,60 euros) a la hora. Pero teniendo en cuenta las deducciones por comida, transporte y seguros, su salario quedaba reducido a poco más de 1 libra (1,16 euros) a la hora, en turnos de trabajo de ocho horas.

Su retribución chocaba frontalmente con la idea de «servicio del primer mundo» requerido por el COI. El caso es aún más grave si comparamos esa cantidad con las 700 libras (815 euros) diarios que tenían asignados para gastos los miembros ejecutivos del COI, además de alojamiento y vuelos gratuitos. Un grave atentado al Espíritu Olímpico.

Pero las pésimas condiciones laborales no sólo estaban relacionadas con el aspecto monetario, como comentaba para The Guardian uno de los limpiadores entrevistados «Nos tratan como perros, como ladrones. A menudo recibimos regalos de los atletas. Ellos firman autorizaciones y se toman fotografías con ellos para probar que son regalos que ellos nos ofrecen. También conseguimos firmas de nuestros superiores. Pero los guardias de seguridad nos prohíben salir del recinto con los regalos, porque creen que son robados. No podemos, incluso, llevar tenis de marca porque seríamos acusados de robo».

Otra de las limpiadoras entrevistadas afirmaba que debían realizar trabajos adicionales no incluidos en su contrato, como recoger restos de obras de construcción.

A los trabajadores les estaba prohibido descansar en la plaza provista para los atletas, por lo que debían hacerlo en zonas designadas para fumar.

Debido a los acuciantes problemas de transporte, muchos de ellos invertían más de dos horas en cada trayecto para acceder y dejar la Villa Olímpica, lo que hacía que muchos salieran de sus casas a las cuatro de la mañana y regresasen pasadas las nueve de la noche.

Unido a esto, muchos de los empleados debían saltarse el almuerzo debido a las largas colas en la cantina. Cuando conseguían comer algo, se trataba de comida que calificaban de horrible o asquerosa.

En un principio, los limpiadores tenían también prohibido el acceso a los servicios médicos destinados a los atletas, debiendo desplazarse a las afueras en caso de enfermedad o accidente. Afortunadamente, este procedimiento fue modificado gracias a las quejas de los propios trabajadores.

Los limpiadores manifestaban «Los deportistas deben ser conscientes de nuestras condiciones laborales porque ven la pobre calidad del trabajo que podemos desempeñar. Hay muchos edificios, poco personal y ningún incentivo real para hacer un buen trabajo».

Un voluntario de la Villa Olímpica parecía dar con la clave «Las compañías extranjeras consiguieron grandes contratos pero pagan vergonzosas cantidades de dinero porque eligen a los trabajadores más pobres. No pudieron hacer eso en Sidney o Londres pero lo hacen Brasil. Me siento mal por ello».

El director del Instituto de Trabajo y Sociedad, Manuel Thedim, salía al paso de las críticas afirmando que «El mundo no es un lugar bonito. Si la productividad en Brasil es menor, pagas menos». Para Thedim los salarios no eran descabelladamente bajos. Aunque los limpiadores de casas de familia de clase media pudieran ganar un 60% más, «ellos tendían a tener un nivel social mayor y mejores contactos», afirmaba.

Mentiras de Ryan Lochte y sus compañeros ¿Espíritu Olímpico en Río 2016? Corrupción, Acusaciones de Soborno y Explotación, Mentiras...

El pasado domingo 14 de Agosto de 2016, el nadador americano Ryan Lochte, conmovió al mundo entero al hacer público que, él y tres compañeros (Gunnar Bentz, Jack Conger y Jimmy Feigen), habían sido robados a punta de pistola.

Lochte relataba al programa NBC’s Today cómo dos individuos, mostrando placas de policías, les habían hecho salir del taxi en el que se dirigían a la villa olímpica. «Sacaron sus armas, les indicaron a los otros nadadores que se tumbaran en el suelo, ellos lo hicieron. Yo me negué, pensaba que no habíamos hecho nada malo, por lo tanto no me tumbé en el suelo»

«Entonces uno de ellos sacó su arma, la puso en mi frente y dijo: ‘Túmbate’. Levanté las manos y pensé, lo que quieras. Se llevó nuestro dinero, se llevó mi cartera, me dejó el móvil y mis credenciales».

La historia conmocionó a todos los deportistas en la Villa Olímpica y al público en general.

Cabe destacar que el crimen era una de las mayores preocupaciones de los organizadores del evento. Antes del inicio de los Juegos, ya se habían dado casos de robos a punta de pistola como el sufrido por la atleta paralímpica australiana, Liesl Tesch, y su entrenadora, Sarah Ross, quienes perdieron sus bicicletas; o el asalto a tres miembros del equipo español de vela: el campeón olímpico Fernando Echávarri; la campeona del mundo y europea Tara Pacheco y su entrenador, Santi López-Vázquez.

Ya durante los Juegos, los intentos de robos continuaron. Por ello, se movilizaron 22.000 soldados y 60.000 policías en los alrededores de la Villa Olímpica.

Pero el pasado miércoles todo dio un giro radical. La policía de Río de Janeiro admitía que existían contradicciones en las declaraciones de los nadadores.

Los investigadores indicaban la existencia de un espacio de tiempo de 3 horas entre la hora de salida de los nadadores, de la fiesta a la que habían asistido, hasta la llegada a su alojamiento.

La policía comunicaba que no podía corroborar su versión. Además no se había encontrado al taxista que los trasladó ni testigos de los hechos.

Todos estos acontecimientos llevarían a la justicia a emitir una orden de arresto de los cuatro nadadores para evitar que regresaran a su país y, de esta manera, investigar en profundidad el suceso.

Las grabaciones de las cámaras de seguridad de una gasolinera cercana, finalmente permitirían esclarecer los hechos.

Según se podía apreciar como los cuatro nadadores ordenaron al taxi detenerse porque necesitaban ir al servicio. Al no existir ninguno en el interior de la gasolinera, presuntamente decidieron forzar la puerta de unos baños exteriores.

Minutos más tardes retornarían al taxi. Fue en ese momento, cuando unos guardias de seguridad obligaron a los nadadores a abandonar el vehículo, dirigiéndolos a una zona lateral del recinto.

Los guardias de seguridad, entonces, solicitaron a los cuatro americanos algún tipo de compensación económica por los daños causados en la gasolinera. Una vez hecho el pago, los nadadores regresaron al taxi, donde fueron trasladados a su alojamiento.

 

La salida a la luz del vídeo de las cámaras de seguridad provocó un intercambio de declaraciones entre los propios nadadores. De esta manera, Jack Conger y Jimmy Feigen acusaban directamente a Lotche de haber gritado a los guardias, empeorando aún más la situación. Estos dos nadadores también admitirían que en ningún momento querían mentir y que simplemente habían permanecido en silencio ante las declaraciones de Lotche.

Ryan Lochte ya había abandonado el país antes de que la orden de arresto fuera emitida.

Gunnar Bentz and Jack Conger, que fueron detenidos en el propio aeropuerto cuando se dirigían a los Estados Unidos, tuvieron que permanecer en Brasil hasta el pasado jueves 18 de agosto, para prestar declaración.

Por su parte, Jimmy Feigen, sólo pudo abandonar el país el viernes 19 de agosto, tras ser obligado a donar una cantidad de 11.000 dólares a organizaciones benéficas deportivas.

Todos los nadadores implicados han pedido disculpas públicamente por todo lo sucedido. Así pudimos ver, a Ryan Lochte en una entrevista a la NBC, pidiendo perdón, entre lágrimas, por la estupidez que había cometido. «Estaba ebrio, fui inmaduro e hice un error estúpido. Soy humano y estoy arrepentido».

 

Lotche entrevista Mentiras de Ryan Lochte y sus compañeros ¿Espíritu Olímpico en Río 2016? Corrupción, Acusaciones de Soborno y Explotación, Mentiras...

 

Todos ellos han negado haber forzado la puerta de los servicios o provocado ningún daño.

Algunos patrocinadores han abandonado a Ryan Lotche tras el incidente. Así, recientemente se ha sabido que la marca Speedo, ha cancelado su contrato con el nadador y ha decidido donar parte del dinero, 50.000 dólares, a la organización Save the Children.

Lo que les hemos mostrado en estos dos artículos ponen en duda si los valores del Espíritu Olímpico se han puesto en práctica en los pasados Juegos Olímpicos de Río. Les dejamos a nuestros lectores la opción de realizar ese juicio.

 

 

 

 

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